En nuestra trayectoria de proyectos de vivienda pública siempre hemos tratado de proponer secuencias de espacios intermedios que de alguna manera recreen las formas de los ámbitos de relación tradicionales, allí donde se producía el encuentro entre la vida privada y la pública: patios, corrales, galerías, zaguanes. Especialmente recordados en nuestras latitudes son los antiguos corrales, auténticas calles privadas donde lo público y lo privado se confundían.
De acuerdo con ello, proponemos un bloque sencillo en su configuración exterior, sin accidentes, pero fragmentado en su interior, donde la variedad de los espacios intermedios de la ciudad tradicional se traslada a los espacios de circulación y de encuentro. Los patios propuestos son de dos tipos. Uno es de mayor dimensión y uso comunitario, situado en las intersecciones de las galerías y allí donde confluyen las principales entradas al conjunto (desde la calle y desde el espacio libre interior de manzana) y los principales núcleos de circulaciones. Imaginamos estos patios como escenarios de las reuniones de vecinos, formales o improvisadas, o de los juegos de niños en condiciones de resguardo del exterior sería el salón comunitario, que podría fácilmente cubrirse con una montera ventilada. El otro tipo de patio es el que comparte las agrupaciones de dos viviendas: un patio que va iluminando y ventilando secuencialmente las viviendas y las galerías.